“Nací en Cusco, mis padres emigraron a los 17 años de una comunidad pequeña llamada Huasac, que está cerca de Paucartambo. Mis padres siempre viajan a las fiestas de su pueblo, incluso tienen una casa allá que la construyeron hace poco. Si bien nací en Cusco, hay algo de Huasac que también me representa[…]”
“Mi papá baila Siqlla y mi abuelo materno bailaba Qhapaq qolla, si hubiera sido varón me hubiera gustado bailar Qhapaq qolla, porque siempre estuve más conectada con la familia de mi mamá y por honrar a mi abuelo”.
TESTIMONIO E IMÁGENES DE
“Mi madre tenía seis hermanos: a mi tía mayor la enviaron a Lima como sirvienta, a mi madre la enviaron a Puno como sirvienta. Mi madre vivió en Puno y a los quince años regresó a Cusco, su madre murió y ella tuvo que encargarse de sus hermanos más pequeños; su historia siempre fue vista desde el dolor, desde la herida”.
“Cuando intenté averiguar la historia desde la mirada de mi abuelo fue difícil por idioma, era difícil hablar con él; cuando le hacía preguntas a través de mi madre no decía mucho, era muy callado […]”.
“Mi familia es de Huasac. He sentido en mi adolescencia un poco de rechazo por mi apellido paterno creo que ahora, ya con 29 años, aprendí a respetar mis orígenes”.
“Creo que mi historia familiar es un poco triste y ha sido contada desde el dolor, a pesar de ello, la perseverancia de mi madre es algo que siempre me asombró porque no tenía sustento en Cusco y siempre se empeñó en cuidarnos y darnos la oportunidad de estudiar; pude ir a la universidad, y eso es un gran logro, mi madre siempre decía que dar educación a sus hijos sería su única herencia […]”.
“Estudié Ciencias de la comunicación en Cusco y cuando terminé sentía que no era suficiente; no me sentía lista para entrar al mundo laboral, quería seguir explorando y siempre sentí afición por la literatura. Cuando empecé a estudiar Ciencias de la comunicación esa era la idea, seguir escribiendo e indagando sobre literatura, cuando terminé la carrera encontré dos nuevas pasiones: los medios audiovisuales y la fotografía”.
“Me fui a Arequipa a estudiar literatura y creo que allí conocí mucho de mí porque tuve que vivir sola, trabajar, conocer gente nueva. Conocí a los Sikuris, también conocí mucho de la migración porque hay mucha influencia puneña y cusqueña en Arequipa”.
“Por alguna razón las melodías del Sikuri también me atraparon. Formamos un grupo con unas amigas, no las conocía tanto, pero en el proceso de formar el grupo y de ensayar nos volvimos hermanas. Descubrí que había algo en el altiplano, en Bolivia, que me llamaba la atención; no sé si tengo un árbol genealógico que me conecte con esa zona, pero sospecho que sí. Desde pequeña quería aprender a tocar y hace poco descubrí que mi abuelo era músico; yo no lo vi tocar, mi madre me contó que tocaba la guitarra, el arpa y la quena”.
“[…] era difícil hablar con mi abuelo, sólo hablaba quechua; yo entendía lo que me decía, pero no podía responderle. Había un impedimento para hablar con él que me frustraba, pero traté de aprender quechua y sigo en eso”.
“Recuerdo que cuando me mude a Arequipa en el bus tenía mucho miedo, muchas dudas me atormentaban ¿Qué voy a hacer? ¿Voy a quedarme en Arequipa? ¿Voy a estar sola? ¿Cómo voy a sobrevivir sin mi familia? . La experiencia de estar sola fue todo un viaje y me conocí un montón. Sin querer empecé a reconciliarme con muchas cosas con las que estaba en conflicto, aprendí a hablar y a socializar; porque cuando vivía en Cusco era muy tímida, tenía miedo de todo”.
“Es extraña mi relación con Arequipa, al inicio no entendía muy bien qué hacía ahí, ya sabía que quería estudiar y cuando empecé a hacerlo fue lo máximo, sentía que estaba en mi mundo. Leer es una de las actividades que me fascinan , la lectura me ha salvado, me abrazó cuando me sentí sola y cuando tenía cosas que no podía hablar con otras personas”.
“He tenido algunos proyectos en fotografía, uno que trata sobre el área urbana del Cusco, el objetivo es explorar cómo se desarrolla la ciudad. También tengo un proyecto sobre las casonas antiguas de la zona de Nueva Alta; algunas zonas históricas se van deteriorando por el tiempo y el desinterés, todos estos cambios están dando paso a otro tipo de hábitat, una nueva transformación de la ciudad. Recuerdo que también hice una secuencia de fotografías sobre mí, hay una con una máscara de los “siqllas”, cuando las veo de nuevo siento que esas fotos me representan porque mi padre baila en las fiestas del pueblo y en las peregrinaciones al Sr de Qoyllurit’i , mi abuelo también lo hacía”.
“Tengo una serie de fotos que hice de mí y me gustan porque antes me era muy difícil tomarme fotos, no podía verme al espejo; tenía muchos conflictos conmigo, con mi peso oel color de mi piel. Poco a poco he ido observándome de nuevo, aceptándome, queriéndome y he aprendido mucho. Creo que todos hemos pasado por procesos difíciles “.
“Cuando fui a Lima de vacaciones, como a los doce o trece años, me sentí discriminada por mis primos. Me pareció absurdo porque se supone que también tienen sangre cusqueña; tenemos los mismos rasgos y se sentían superiores solamente porque vivían en Lima. Hacían bromas absurdas y me hablaban de forma despectiva, me lastimó y mucho”.
“Cuando tuve la posibilidad de decidir si estudiar en Lima o en Arequipa, no quería volver a Lima porque si mis primos me trataron así, no me imagino que pueden hacer otras personas y por eso preferí vivir sola, en Arequipa[…] En el Cusco también se burlan por la forma en cómo hablas, se burlan de la vestimenta de las personas del campo; sentí mucho eso y es palpable en la sociedad lamentablemente”.
“En los momentos donde me sentí perdida, donde todos mis proyectos se desvanecieron , ser parte del grupo de mujeres Sikuris es lo que me ha sostenido y hasta ahora mi propósito es seguir aprendiendo. Quiero tocar arka e ira, aprender a tocar el bombo, tocar bien, ese es mi objetivo, ser “la maldita” del Sikuri, como decimos entre amigas”.
“Creo que tocar con las Sikuris es una búsqueda. Cuando hacemos algo lo hacemos porque hay deseo, hay amor en eso; hay algo que nos atrae y nos sentimos bien . A mí me encantan muchas cosas y siento que cada cosa que hago también dice mucho de mí, de quien soy, de mi perseverancia para hacer las actividades que me apasionan ”.
“Redescubrir tu propia identidad es un proceso obligatorio. Considero que las personas tienen que regresar a sus orígenes, tratar de conectar con sus padres. Cuando empecé a conectar con mis papás, ahí comprendí muchas cosas; nuestros padres, nuestros antepasados son parte de nosotros”.
“Nosotros somos ellos, hay algo que todavía nos conecta a nuestros abuelos, a nuestros padres y esa historia familiar la vamos a cargar y transmitir si tenemos hijos. Por ello es muy importante reconciliarnos con ese pasado que a veces puede ser doloroso; muchas personas no quieren recordar ”.
“Creo que también este ejercicio de relacionarnos con nuestra identidad es un paso importante para continuar viviendo, porque si no sabemos quiénes somos nos vamos a sentir perdidos; debemos buscarnos, reconciliarnos, entender porqué antes no podíamos hacer o decir ciertas cosas y ahora sí las podemos decir o hacer”.
“Siempre he querido escribir crónicas de viajes, me parece interesante la idea de tomarme seis meses de mi vida o seis años para poder viajar, salir de la ciudad y conocer otros espacios, como la selva cusqueña que está muy poco explorada, me gustaría ir a esa zona. Ir escribiendo, recolectando textos, recopilando información acerca de esos lugares. Me encantaría grabar un documental en la selva”.
“Con el Sikuri quiero ir donde haya alguna actividad y usualmente es en Puno, y yo feliz de ir a Puno o ir a Bolivia; porque las veces que he ido lo he disfrutado tanto. He ido a algunas fiestas como la Virgen de Candelaria, fiesta de cruces en Huancané, fiesta de pascuas en Conima, quiero conocer todo relacionado con el sikuri”.
“Tenemos un proyecto con unas amigas de Cusco, empezar a vender un show musical en lugares turísticos o eventos, también tenemos proyectado fusionar el sikuri y el teatro, me parece un poco difícil pero no imposible. Si podría viajar tocando, lo haría […] quiero viajar por Argentina y Chile tocando Sikuri, conociendo otros estilos ; espero que no sea otro sueño frustrado ”.
Nelly Patricia Mamani Orccon (1993)
Sikuri, egresada de Ciencias de la Comunicación y Literatura, ha colaborado con algunos fanzines de poesía en Arequipa y Cusco. Fotógrafa amateur interesada en fiestas costumbristas, peregrinaciones y el desarrollo de la metrópoli cusqueña.
Instagram: @lazarilladeciegoscaminantes