CAPITULO 2

TESTIMONIO E IMÁGENES DE

Maribet Berrocal Horqque

“Me dedico de manera independiente a trabajos en torno al quechua, ya sea desde el cine, desde el doblaje y animación, a veces enseño o también hago interpretación simultánea. Entonces, estoy como muy metida en el quechua. Siento que ya conecté con el quechua y no lo puedo soltar porque toda mi vida está rodeada de eso”. 

“En la escuela, cuando era chiquita, tenía el quechua en mi cotidiano, pero nunca lo noté porque pasó desapercibido. Es como cuando tienes una chacrita y tienes plantas, no lo vas a notar hasta que vayas a un espacio en que ya no estés ahí, yo no lo noté. Cuando pasé de la escuela al colegio, que era en Cusco, llegué a la ciudad y noté que hablaba otro idioma más y dije “uy, esto es diferente”. Cuando mi abuela llegaba yo le decía “mantay, imaynallan” y todo el mundo decía “ay qué linda, habla quechua con su abuelita”. Me veían como ese personaje pintoresco que está hablando quechua”.

“Recuerdo que un día, un poco después de que vine a la ciudad, yo estaba feliz porque vi estrellas en el cielo y dije: “wow, estrellas, por fin”; pero para una persona que estaba conmigo era: “ay, estos cholitos, se asombran con cualquier cosa”.  Yo recuerdo eso ahora y me pregunto: “cómo la han criado para que pueda expresarse así”.

Y con mis papás jamás había tenido esa imagen despectiva de “cholos o indios”, nunca la tuve porque mi papá era docente en educación EIB (educación intercultural bilingüe) y mi mamá también trabajaba con niños de inicial, que hablaban quechua también”. 

“Luego descubrí la potencialidad del quechua, porque cuando estaba en la universidad querían un traductor e intérprete y no había muchos, entonces yo dije: “ya, yo quiero ir”, y ahí volví a conectar con el campo. Me preguntaba ¿por qué siempre tienes ganas de ir al campo? ¿Por qué siempre estás feliz al ir al campo?, porque has vivido en el campo. Me decía a mí misma: tus diez años de vida has vivido ahí en el campo, con las montañas, con los ríos, ahí con la laguna. Siempre has crecido ahí, entonces, obviamente siempre vas a querer volver al campo”.

“Me volví buena en recopilar información para líneas de base usando el quechua. Ahí todavía no escribía bien, yo era quien visitaba a las familias y transcribía los audios en quechua.  Me volví buena en mi trabajo como antropóloga y aprendí mucho, no solo observando, también viviendo con las personas. Es ahí donde surgieron muchas preguntas sobre mi historia y empecé a preguntar a mi papá y a mi mamá de algunas cosas que descubría haciendo campo, pero nunca me las habían contado. Luego, por ejemplo, hice trabajo de plantas medicinales y me enteré que mi abuela era curandera.  Así empecé a indagar más y a jalar más hilos y más hilos y pues, ya no lo puedo dejar”.

“Yo creo que mi papá no nos contaba muchas cosas de nuestra historia porque pensó que al irnos a la ciudad ya no nos iba a interesar. Creo que él decía: “bueno, siento nostalgia por mi pueblo, mi madre y mi familia; pero, mis hijos ya están en otra línea”, pero la hija le salió igual”.

“Mi mamá se fue muy pequeñita a Lima y es por eso que yo siento que ella ha tenido una desconexión con su historia desde muy pequeña. Ya trabajaba desde chibola, se pagaba su educación desde chiquita, entonces su prioridad no era decir “soy quechua”, era sobrevivir en un lugar en el que te obligan a negar que eres quechua”.

“El detonante de mi descubrimiento ha sido la danza, la antropología y tomar conciencia de que hablaba quechua ¿cómo es que hablaba quechua y no sabía? Empecé a hacer una introspección y me di cuenta que yo hablaba solo con mi abuelita de muy niña ya que yo no hice jardín; me iba con mi abuela a la chacra y allí ella me cuidaba y enseñaba quechua”.

“Además, creo que mis trenzas son la conexión con mi abuela; me gusta creer que es así porque ella siempre las usó. De hecho, yo guardaba mi cabello, así como para hacer las extensiones después, porque la he visto hacer eso. La conexión con mi abuela no solo ha sido el quechua, sino también la chicha, porque ella era una aqha wiqsa total, yo iba con ella a tomar a las chicherías”.

“En algunos momentos he pensado sobre mí misma: “eres muy blanquita para ser andina y no te vistes como andina, pero no eres lo suficientemente blanca como para ser blanca” o “no tienes facciones de blanca, porque tu rostro es bastante andino”, entonces me preguntaba ¿qué soy?”.

“Durante mucho tiempo he tenido este conflicto porque yo hablo quechua, pero cuando voy a una comunidad no me ven como una quechua[…] Ha sido uno de mis mayores conflictos poder definir algo sobre mí misma, pero ahora lo tomo con mucho más cariño porque siento que soy una persona contemporánea, sí, soy una persona contemporánea que lleva la historia de sus abuelos”.

“A aquellas personas que aún no han descubierto el vínculo con sus ancestros o con su propia identidad, lo primero que les diría es que no tengan miedo. Siento que el miedo te paraliza, te pone en shock y eso no nos ayuda. Les diría que tengan más valor, mucho más valor para no darle la espalda a eso que ha estado con ellos siempre”.

“ […] Que tengan el valor de recordar y de acoger su historia  con cariño, porque una vez que lo acoges es increíble cómo te puede  hacer crecer como persona. Hace quince años no te hubiese hablado así, […] pero ahora yo estoy firme, soy quechua, ¿contemporánea?, sí, pero también soy quechua”.

“Y lo puedo decir porque siento que en algún punto es como abrazar a una niña que está triste. Que no tengan miedo, que tengan valor y que recuerden. Vuelvan a recordar y se van a dar cuenta de que van a brillar; la energía que te da volver a conectar con esto es increíble […]”.

“Me tocó llorar muchas veces por ser andina, por ser Quechua, porque hubo personas que me hicieron creer que los andes son sinónimo de retraso y pobreza… pero ahora a mis 33 años puedo decir gracias a la vida por todas las oportunidades que el Quechua me brinda. Nunca olvides quién eres” …

Sinchitan waqarani wawallaraq kaqtiy, Anti suyu runa kaqtiy, runa simi kaspay, niwarankun antikunaqa waqchan, mana yachayniyuq… ichaqa kunan kinsa chunka kinsayuq wataypi nini, urpillay sunqullay, añay samim kawsay runa simi raykullan imatapas atini, ruwani ima, ama hayk’aqpas qunqaychu pin kanki chayta.

Maribet Berrocal Horqque

Antropóloga, intérprete y traductora de lenguas indígenas (Quechua Collao)

Mi nombre es Maribet Berrocal Horqque, natural del distrito de Accha, provincia de Paruro, región Cusco, estudié el nivel primario en Accha en la escuela 50360 y el nivel secundario en el colegio Uriel García de Cusco, estudié el nivel superior en la UNSAAC, Licenciada en Antropología y postgrado en Antropología Social. Actualmente soy intérprete y traductora oficial de lenguas indígenas (Quechua Collao – 005-2023-VMI-MC), bailarina del Centro Qosqo de Arte Nativo, Yachachiq en la AMLQ.

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