CAPITULO 2

TESTIMONIO E IMÁGENES DE

Delfina Nina

“Yo he migrado a la ciudad de Cusco a los 4 ó 5 años, pero, ¿Cuál fue el motivo?[…] Contaba mi abuela que cuando estaban en la época de hacendados, el que decía “buenos días, buenas tardes” al hacendado era considerado humano, alguien a quien se le podía respetar, no a su nivel, pero sí alguien humanizado. Entonces mi abuela aprendió a decir “buenos días, buenas tardes” y esto fue algo que le enseñó a  mi mamá para que la trataran mejor, además le dijo que estudiara, pero ella no estudió. Mi mamá cuenta que no estudió porque algunos docentes abusaban de las alumnas de la comunidad y mi mamá tuvo miedo […] Migré porque mi mamá no quería que pase por eso”.

“Mi mamá migra a puru puru al conocer a mí papá, se casan cuando yo tenía 2 años . La perspectiva de mi papá era educarme en el Cusco porque dice que la educación era mucho mejor que la que se daba en la comunidad. Mi mamá quiso que yo aprendiera a leer y escribir porque pero ella asistió a la alfabetización. Ella aprendió para enseñarme las vocales y aprendió su nombre para poder firmar. No sabe, leer pero si sabe escribir su nombre […]”

“A los diez años nos mudamos al valle sagrado y ahí vivimos más de 10 años […] Terminando la secundaria mi papá me envió a Lima porque no ingresé a la universidad. En Lima trabajé como empleada del hogar en una casa donde me habían explotado sin que yo me entere. Trabajaba de Lunes a Domingo”

“Al principio me negaron estudiar, pero al final accedieron; hice unos semestres para ser enfermera técnica, pero luego  yo decidí volver a Cusco porque ya no era para mí eso.”

“Recuerdo que mi profesor en el colegio mencionaba que había una Escuela de Arte en Calca, así que fui y busqué la escuela porque yo tenía la plata de lo que había trabajado y podía matricularme, me sentía poderosa. Ingresé y es ahí cuando empieza mi aventura con el arte, que tampoco estaba segura si seguiría o no porque tuve a mi hija el tercer año de estudios y a veces eso se ve como un fracaso, eso escuchaba decir de los otros […]”. 

“Quizás ese tiempo (2010 – 2012) era más juzgado que una estudiante quedara embarazada a mitad de carrera, porque cuando yo lo cuento ahora, no lo es.[…]”.

“[…] Creo que ser mamá fue uno de los impulsos para continuar el arte, porque muy bien pude haberlo dejado. Me enterqué y dije que no dejaría de pintar, porque yo ya había escuchado a mis profesores decir que yo era una fracasada y no quería que ellos tuvieran la razón. Luché contra eso”.

“Para mí cuando hablo de territorio es algo inestable todavía porque siento que no pertenezco a ningún espacio, entonces, eso me hace sentir insegura. Justamente ahora estoy en búsqueda de un territorio, así sea de un metro cuadrado; porque a pesar de que les he pedido a mis papás un terreno, todavía necesito la aprobación de mi familia.

“Desde mi perspectiva me siento despojada de mi propio espacio y puede que ahí también se encuentre el cuestionamiento de mi identidad. No sé si sea de la ciudad o el campo; yo salí del campo, pero ya no soy parte de él; pero cuando estoy en  la ciudad, no me siento parte de  la ciudad, no nací ahí”.

“[…] Me di cuenta que hablar de  identidad es amplio, es efímera incluso. Justamente  hacer autorretratos era parte de la búsqueda de una identidad personal. En ese proceso me cuestioné del tipo de paleta de colores iba a utilizar ya que sabía que yo no tenía la piel blanca sino más, como el color de la tierra que me vio nacer.  Me dije: “yo  tengo la piel cobriza, color de la tierra, pero ¿por qué tendría que pintarme solo de ese color?. En mi obra creo que la idea no es retratar a una persona tal cual, si no, su espíritu; entonces empecé a retratarme haciendo uso de los colores fríos,  no tengo una paleta definida, cambio acorde a mi estado anímico y lo que quiero decir con la imagen representada”.
“[…]Yo me pregunto ¿a dónde pertenezco? ¿De dónde soy? ¿Quién soy? Y esa es la búsqueda de mi identidad”.

“Cuando pinto, los rostros son como entes que emergen del fondo negro y a veces acuoso, sobre la piel en ocasiones están adheridos elementos visibles de mi entorno cotidiano, en ocasiones lloran en silencio, otras veces sangran[…]”. Un día mi terapeuta me dijo que todo lo que viví fue necesario. Que para poder volar tenía que pasar por todas las fases, aceptar mi proceso”.

“Ahora que he quedado “viuda” tras la partida del padre de mi hija, el volver a la casa de mis padres me ha sido difícil interactuar con ellos pero ahora ya me es sencillo cuesta socializar, pero hasta hoy en día ha mejorado mi interrelación con ellos, ya que al principio me fue difícil. El dialogo que tengo con mi hija es mucho menos distante, y agradezco eso. Puesto que lo que digo ahora en estas líneas es después de un  largo proceso y la entrevista que me realizaron es distinta a como pensaba ayer. Increíble  […]”Y creo que para mí es aprender con mi hija la parte urbana de mi vida, conocer la forma cómo piensa ella y compartirle de qué manera pienso yo. El lugar más bonito en el que yo me encuentro a solas es con mi hija; siento que mi hija representa a la ciudad y yo a la comunidad”.

“A través de mi hija me reconcilio con la ciudad porque la ciudad también me ha generado dolor, pero a través de ella me restauro. Es a partir de su nacimiento que empiezo a cuestionarme más y es a partir de ello que yo me reencuentro también, entonces, ahí yo terminé definiéndome de ningún lugar […]”.

“La identidad vista desde una teoría es como un molde o una plantilla sobre la cual se dice: “tienes que mantener tu identidad” o “tienes que mantener tus costumbres”. Son como moldes que se usan para diferentes comunidades  con el objetivo de “preservar” y en eso es un acto violento porque estás sometiendo a un grupo de personas [….] En la ciudad no hay nada aplastante que por ejemplo te diga: “tu  eres de San Jerónimo y sólo puedes beber agua amarilla; y tú eres de San Sebastián y sólo puedes beber agua roja y no aprendan  más”, en la ciudad no hay eso”.

“En la ciudad uno es libre y por eso pienso que hasta cuando  vienen de una comunidad a la ciudad pueden sentirse cómodos rápido. En cambio, en una comunidad vienen las ONGs y tratan de preservar todo, tratan de contener algo que no se puede contener. Son seres humanos los que estás conteniendo, ellos tienen percepciones distintas, ideas distintas y lo que se hace es la muerte de una cultura porque lo estás conteniendo. Cuando lo contienes se muere porque no hay más, porque se quedaron ahí. Se quedaron ahí y luego migraron. Esa es la muerte de una cultura[…]”.

“[…]También a la comunidad algunos llegan con solo la  teoría y más allá de avanzar llegan a destruir, incluso es un saqueo. Si antes saqueaban la cerámica ahora es un saqueo de conocimiento. Una persona aprende una clase de tejido de las comunidades y a la semana esa misma persona está dando un taller sobre esa técnica de tejido”.

“Así como a los del campo nos preparan para entender a un citadino, los de la ciudad también deberían prepararse para entendernos. Sin embargo, los de la ciudad dicen: “me tienes que entender porque yo sé todo, porque yo vengo de la universidad, porque yo tengo este título y ya” y van con eso,  no van como de humano a humano. El de la ciudad muchas veces se cree el que sabe todo, el que tiene todo el derecho de decirle a alguien: tú eres un ignorante”.

“Cuando uno se encuentra redescubriendo su identidad cultural y personal, todas las historias familiares es bueno atreverse. Ver el túnel, ver si tiene luz o quizás no tiene luz. Quizás tú eres la luz ingresando y es tu reflejo el que va a salir. Lo bonito es atreverse a ingresar y en ese proceso uno encuentra amigos. Entras en ese cuestionamiento de no querer hacer lo mismo que tus padres o de no encajar en el espacio de tus abuelos y te preguntas: ¿Qué debo hacer?”.

“Hay una confusión de que sanar es estar feliz bailando como la lombriz, pero no, el sanar es atravesar tus heridas y encontrar la cura para tus heridas, y duele curar, pero es algo que necesitamos hacer”.

Delfina Nina (1990)

Cusco, Perú

Delfina Nina es egresada de la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes “Diego Quispe Tito” del Cusco- Perú. Formó parte de exposiciones colectivas en Perú, Latinoamérica y Europa.

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@delfin4.nin4